jueves, 21 de junio de 2012

DÍA 6 - ARZÚA A SANTIAGO


Empieza nuestra última jornada de pedaleo con vistas ya a Santiago.
El desayuno en la pensión es como el resto de servicios: excelente. Muy a nuestro pesar abandonamos la pensión O Retiro (al cual llamamos cariñosamente O Paraiso) con un tiempo que tampoco anima mucho, hace frío y la humedad de la lluvia nocturna no mejora esa sensación, que le vamos a hacer, toda nuestra aventura ha estado pasada por agua, niebla y frío, porque no el último día para no variar.
Aún así, sabemos que sólo nos quedan 40 km hasta destino y que no son demasiado exigentes. Como es la
tercera vez que hacemos este tramo, vamos recordando recodos, cuestas y paisajes mientras lo vamos atravesando. Se nota que estamos enlazados en el Camino Francés, hemos pasado de ver esporádicamente peregrinos en el camino hasta ahora a ver un peregrino tras otro, de hecho y sin exagerar en apenas diez minutos vemos más peregrinos que en los cinco días anteriores. También notamos a diferencia de otros años que los primeros kilómetros de la etapa donde nos introducimos en camino entre el bosque de eucaliptus donde estos siempre nos habían protegido de la calor y el sol, este año era todo lo contrario, más frío, más humedad.
El sol parece que va animándose a medida que avanzamos, al fín lo vemos, y justo a mitad de recorrido paramos a descansar un momentito, Arrancamos y vamos subiendo hasta los alrededores del aeropuerto,
 y a partir de ahí los caminos y bosques de eucaliptus empiezan a desaparecer tomando su relevo calles asfaltadas, campings, RTVE y Televison Galega con sus antenas y parkings, tenderetes improvisados y en la cima de todo la gran estauta del Monte du Gozo. Como cada año coincidimos en que la entrada a Santiago desde luego que no es de lo más bonito del Camino  pero es lo que es, el final del pelegrinaje. Atravesamos la ciudad acercardonos a la plaza de la Catedral. Si alguien espera una bonita y espectular llegada hasta la plaza del Obradoiro que se olvid, no hay ningún trazado especial para peregrinos, y mucho menos si van en bici o cualquier otro artefacto u animal (recordamos que en nuestro primer viaje vimos a una francesa con su burro, y sabemos de algunos que lo hacen a caballo). Lo más que hay son las flechas amarillas que sirven de guía. Una lástima que la ciudad más importante del Camino sea la menos preparada.
En fin, nuestro particular Camino del Norte se ha acabado, estamos contentos, algo cansados y muy orgullosos. Nos sentimos importantes, al menos tanto como los otros cientos de peregrinos que llegan cada día, y eso está bien.
Eso sí, nuestra gran cena de celebración en Santiago no nos la quita nadie. Después a recoger y volver a casa con los nuestros.

¡¡¡¡¡ Buen Camino a Tod@s!!!!



 


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